Este espacio, diseñado por Javier Páramo, David Moya y Helen Sánchez, juega y explora con la línea que marca el dentro-fuera en la arquitectura, que separa dos mundos, donde empieza uno y donde acaba el otro, lo desdibuja. La propuesta crea un espacio de lujo y confort para recrear el momento “porque yo lo valgo”.
De este modo, hemos podido conocer de primera mano cuál fue la inspiración del equipo para dar vida a este espacio único.
Cuando le preguntamos sobre su experiencia trabajando en Casa Decor, el interiorista destacó: “Participar en un evento de este tipo es un gran disfrute para nosotros, primero por la libertad que te da el no depender de un cliente a la hora de expresarnos en un proyecto, segundo, por el reto que supone construir en combinación con todas las empresas punteras del sector como Pinturas Montó, y por último por poder exponer tu trabajo ante un público especializado e interesado en nuestra evolución”.
Además también añadió que el gran reto de este año era trabajar en un edificio con las preexistencias y el carácter que tiene el Palacio de la Trinidad, ya que era imperativo respetar todos los elementos protegidos y su historia.
A la hora de diseñar el espacio Dosalcubo, el equipo se sirvió del conocido límite en arquitectura que separa el interior del exterior: “A través de los distintos materiales y elementos constructivos y del interiorismo, queríamos crear sensaciones en nuestro espacio. En este caso, la sensación que buscábamos es la de reposo y recogimiento frente a la dureza del mundo que vivimos. Crear lo que denominamos: Mi Momento”.
Asimismo, también tuvieron en cuenta la selección de materiales para dar mayor énfasis a este concepto: “En nuestro espacio jugamos mucho con los contrastes, para reforzar las sensaciones. Tenemos un mundo superior muy rico pero frío, de piedra natural, frente a un mundo inferior de textiles, materiales cálidos, blandos y acogedores. Un mundo superior que te recoge y te abraza, frente a un mundo inferior que se expande. Todo en el espacio transmite esas sensaciones de reposo”.
Sobre la colaboración con Pinturas MONTÓ para dar vida al espacio, el interiorista destacó: “La pintura nos permite seguir jugando con los contrastes, en este caso de blancos y negros. La estructura de la cúpula se pintó en negro para hacerla desaparecer, y las paredes en blanco sobre iluminado, para crear el contraste y el recogimiento interior”